Mateo 7:17-20 – “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”
INTRODUCCIÓN
En el contexto inmediato de esta Escritura, el Señor está hablando principalmente de los falsos profetas (ver v. 15). Ellos parecen ser ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Así como Satanás se disfraza de ángel de luz, sus siervos también pueden tener la apariencia externa de ser ministros de justicia (2 Cor. 11:14-15). Por lo tanto, estos falsos profetas pueden ser sumamente engañosos. Parecen ser verdaderos, parecen predicar la justicia, parecen ser de la luz, de la verdad; sin embargo, son impostores en la iglesia. A pesar de que, por fuera, dan la impresión de ser correctos, el Señor nos advierte de que no seamos engañados. Y la forma en que debemos probarlos para no ser engañados es conocerlos “por sus frutos.”