Muchas
veces; mas a menudo que de costumbre pasamos por algún tipo de letargo
espiritual después de haber recibido de Dios algún tipo de avivamiento en el
cual experimentamos grandes cosas de parte de él.
Como cuando
venimos a Dios y nos encontramos en el primer amor… sentimos que podemos
conquistar el mundo y que no hay nada que no podamos lograr con la ayuda de él.
Asistimos a las reuniones de hombres o mujeres, a los grupos de crecimiento,
oraciones matutinas, reuniones generales y cuanta actividad en la iglesia
tengamos. Dedicamos mucho tiempo a la obra de Dios y experimentamos crecimiento
espiritual en nuestras vidas. Pero pasado el tiempo así como el fuego que un
día ardía en nuestro ser así mismo algo comienza a cambiar… yo lo llamo “efecto
musflex” este medicamento que tomamos para relajar nuestros músculos es similar
al efecto que sentimos cuando llega a nuestra vida el cansancio espiritual y
buscamos algún tipo de relajante.
Y de
repente como la mayoría de las veces en nuestras vidas algo empieza a suceder…
el cansancio espiritual nos empieza a molestar cual dolor muscular en nuestro
cuerpo y estamos ansiosos de buscar algún tipo de analgésico espiritual que nos
ayude a soportar la carga de una mejor manera y recurrimos en ocasiones a dejar
paulatinamente de participar de las actividades de la congregación, porque
total con no ir a la iglesia no me convierto en impío, Dejamos de orar pues al
no hacerlo no quiere decir que Dios no esta conmigo, no ayunamos mas porque de
todas maneras hay otros hermanos que pueden hacerlo de mejor manera que yo y
así sucesivamente hasta que antes de darnos cuenta dejamos de sentir la
presencia de Dios en nuestras vidas y luego nos preguntamos ¡que paso! ya se…
dirán a mi eso jamás me pasará yo espero que así sea… pero si estas pasando por
alguno de estos efectos relajantes en el ámbito espiritual te animo a que no
aminores tu compromiso con Dios pues una braza alejada de la fogata se apaga
mas fácilmente.
Pídele a
Dios que avive el fuego que esta en ti y que renueve tu primer amor, que
cautive tu corazón y te de pasión por las almas, confiando siempre en él, para
salir del relajamiento espiritual y entrar a un nuevo día lleno de vida y
deseoso de servirle una vez más. No te desanimes ¡tu redentor vive!
“Despiértate,
tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y
te alumbrará Cristo.” Efesios
5:14
Hecho
por: Angel Vidal Ramírez
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