Dios le
dijo a Samuel que buscara en la casa de Isai al sucesor de Saúl para ser rey
sobre Israel, apareció Eliab y Samuel dijo: de cierto delante de Jehová esta su
ungido.
Y Jehová
respondió a Samuel “no mires a su parecer, ni lo grande de su estatura”
Dios le dio
una poderosa lección a Samuel: “yo no veo como el hombre ve, yo veo el corazón”
mientras desfilaban los hijos de Isai Samuel pregunto ¿son estos todos tus
hijos? Y entonces apareció el más pequeño de ellos un jovencito llamado David
el pastor de ovejas… y Samuel le ungió.
Samuel 16:
1-13
¿Cuantas
veces te han menospreciado? Por ser o muy alto o muy bajo, muy gordo o muy
flaco, por tu clase social, tu color de piel, algún rasgo físico, o alguna de
tus peculiares características… a todos nos ha pasado en algún momento alguien
nos ha visto por encima del hombro o con una mirada de menosprecio diciendo “¿y
tu quien eres?”
Déjame
decirte querido amigo(a) que tu vales mucho y que nadie tiene el derecho de
menospreciarte por lo que eres o por lo que fuiste; porque delante de Dios tu
eres especial. El te creó como eres porque le plació y como una obra de arte
que es vista por muchos y tiene muchas diferentes opiniones solo el artista que
la diseño sabe lo que realmente quiso expresar en ella. Tú eres esa obra que
Dios creó. No dejes que otro te ponga una etiqueta con un valor que no es el
real. Solo Dios que te formo sabe lo que tu realmente vales porque el no ve
como ven los hombres… ¡él ve el corazón!
Hecho por:
Angel Vidal Ramírez
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